jueves, 7 de agosto de 2014

Y si no tuvieras miedo, ¿qué harías?

El miedo nos asusta, nos encogemos y huimos de él. 

Hay periodos que sales de casa y vas con miedo; coges la guagua, con miedo; vas por la calle, con miedo; te subes al coche, con miedo; te relacionas con alguien, con miedo; vas al super, con miedo....

Ello hace que corramos de acá para allá, como escapando de ese sentimiento, haciendo muchas cosas, pendientes constantemente del móvil, anestesiándonos con lo que pillamos. 

Esto es una realidad que sucede, huimos de algo y no sabemos de que, parece que no encajamos en ningún lugar, inquietos, buscando, buscando, sin saber que buscamos, y sin saber de que huimos.

Podemos pararnos, dejar de correr. 

Párate, observa de qué huyes.

Presta atención al tipo de pensamiento que estás teniendo y deja de recrear una y otra vez, ese pensamiento que te asusta, en ti está, dejar de asustarte con esas ideas o pensamientos, de situaciones que ahora no están sucediendo. No te precipites, no te adelantes a la jugada, eso no ha sucedido, y cada vez que lo piensas, sientes como si estuviera pasando.

Para ese pensamiento, tú tienes ese poder, de dejar de crear pensamientos que te martiricen, ¡basta ya! 

Por esa velocidad de pensamientos surge la ansiedad, surge el estado de nerviosismo, surge el corre para aquí, el corre para allá, obedeciendo constantemente a ese tipo de pensamientos, que castran tu vida y te impiden ser feliz.

Ve tomando conciencia de ello, se consciente de este tipo de pensamientos que limitan tu vida, que te asustan y te impiden alcanzar tus metas. 

Todo lo que te dicen no es cierto, poco a poco ve quitándoles poder, para que vayas serenándote, para que vayas calmándote y dejes de huir de ti mismo, de ti misma.

Respira, siente tu respiración, siente como el aire viene y el aire va, tu propia respiración te calma, te apertura el corazón, entra más aire en tu cuerpo, tu cerebro se oxigena y renueva. 

Llega la calma, deja que brote la calma, ese es tu estado natural, ese eres tú realmente, esa eres tú realmente.

Para ya de asustarte, eres un ser admirable, te mereces lo mejor, lo que tu cabeza te cuenta no es la realidad, deja ya de obedecerla, que brote la Paz.


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