martes, 29 de julio de 2014

Del victimismo al Amor

Existen días, que al levantarte de la cama, te embarga cierta pesadez sobre tus hombros... los pies te llevan al baño arrastrando al resto del cuerpo... cierto sentimiento de derrota sale a la superficie y un sentimiento que te aniquila, te hace sentir la persona más desgraciada del planeta. 

¿Quién no se ha sentido en algún momento así?

Ideas catastrofistas se apelotonan en la cabeza... El victimismo ya ha acampado a sus anchas... nos ha ganado terreno y ha tomado el control. 

Se siente desgraciado, culpa a todo y a todos de su infortunio, se queja constantemente y se regodea en la negatividad absoluta, se pone a visitar los perfiles de las redes sociales de amigos y conocidos para machacarte, (quizás ahora estés sonriendo) ni los perfiles de las redes sociales reflejan fielmente la realidad, ni la vida de tus contactos es tan maravillosa como reflejan sus perfiles, ni tu vida es tan horrible como ese personaje te hace creer.

Así que, con todo ello, tomamos conciencia de esa parte de nuestro ego, de ese ego insano, para darnos cuenta que nos hemos despistado... hemos soltado las riendas de nuestra vida, para volver a tomarlas... para volver a sujetarlas con seguridad y cariño, ocupándonos de nuestras necesidades más íntimas, esas necesidades de amor, de arrope, de consuelo, de ternura, de un yo pequeño herido, que necesita de los adultos que somos hoy.

Sal de la ilusión, pisa tierra, atrévete a relacionarte en un cara a cara, en ese contacto cotidiano, cercano, sencillo, atraviesa el miedo y la vergüenza si surge, no pasa nada, tan solo es una emoción natural, que se manifiesta para ser liberada, conecta con la mirada del otro, mantente ahí, permitiéndote ser quien eres, un ser maravilloso, lleno de cualidades únicas, sigue así, responsabilizándote de tu mitad de la relación, respetando al otro, pues es responsable de sí mismo/a.

Recuerda, que tú eres esa persona que puede hacerte feliz, ya no busques fuera, pues la felicidad, es el resultado de la calma y el Amor que sientes en tu interior.




"El único camino posible para ser maestro en el amor es practicarlo. La práctica hace al maestro". Frase tolteca.

lunes, 21 de julio de 2014

Vivir en el pasado es morir al presente

Vivir atrapados en el pasado nos impide disfrutar de la vida ahora, esta frase tan simple, ¡qué cuesta en ocasiones! llevarla a la práctica.

Revivimos una y otra vez en nuestra pantalla mental, situaciones del pasado; contamos constantemente historias de momentos pasados; nos cuesta soltar aquellas vivencias del pasado, por miedo a perder una identidad que ya pasó; miramos constantemente al pasado y no nos enteramos de lo que sucede en este instante. 

Esto ocurre, en mayor o menor medida y lo sabemos porque sufrimos. El primer paso para dejar de sufrir es hacernos conscientes de ello. Con este acto, conseguimos salir del círculo vicioso de la mente pensante. Aperturarnos es otra de las claves para vivir el presente.

Quizás, ya va tocando resetearse, por lo pronto dejar de mirar el pasado, para uno darse la vuelta y mirar hacia adelante, mirar el suelo en el que piso ahora y descubrir como me siento en este ahora.

El pasado fue como fue, y ya no está aquí, de nada sirve seguir culpándonos por como actuamos, pues lo hicimos como allí sabíamos hacerlo, tal vez te avergüenzas de ello y sientes que nada bueno te mereces por todo aquello.

Ese discurso que taladra tu cabeza no es cierto, a ese juez, a ese verdugo, que te habla con suma autoridad, ve quitándole poder, y ve poco a poco, mirando ese pasado con los ojos del corazón, comprendiendo qué te llevó a actuar de esa manera, no con la finalidad de justificar los hechos racionalmente, pues eso se considera entender, aquí a lo que nos referimos, es a descubrir el sentido profundo de esos hechos, esos sentimientos que te llevaron a actuar de esa forma.

Aceptemos ese pasado, diluyendo suavemente el viejo dolor, para recomenzar de nuevo, una vida más acorde con el ser humano que somos hoy, practicando la bondad para con uno mismo, cambiando las viejas culpas, por hacernos responsables de nuestra vida ahora, permitiéndonos sentir y vivir. 

¡Ánimo! Se, que puedes.

Práctica: A poder ser descálzate, ponte de pie y camina lentamente sintiendo cada pisada, en contacto con tu respiración. Descubre tu presente.