miércoles, 18 de septiembre de 2013

Respetar al miedo

Al igual que algunos seres humanos, llevo unos años de mucho cambio interno, comprensión profunda y conocimiento de mi misma. Este último año en particular, ha sido muy intenso, de mucha limpieza mental, conociendo la naturaleza de la mente, para llegar a un bienestar mental. 

El miedo ha estado muy presente, la sensación de que "algo" te persigue, huyes, sales corriendo, corres, corres y corres, pero sigue ahí, día tras día, un parloteo que te asusta insistentemente, constantemente, terminas agotada, cansada, fatigada, no sabes que pasa... La sensación de falta de suelo bajo los pies, de vértigo, como que en cualquier momento me voy a caer...

Después de tanto huir, huir y huir, finalmente decidí pararme, darme la vuelta y mirar a ver de que huía, que era eso que tanto miedo me daba, quería verle la cara al miedo, ver como era, al voltearme, descubrí que no había nada, el miedo había desaparecido, no había nada a lo que temer, ni de que huir, pude descansar, relajarme, Ser.

Al instalarme en el coraje, y hablo de un coraje a Vivir, a ser Feliz y tomar la decisión de decir: <<¡se acabó!, ¡a por ello!, esto lo afronto, ya está bien de sufrir>>, realmente uno se instala en el corazón, en la valentía, en la fortaleza y el "supuesto miedo", ya no está...

La comprensión a la que llego gracias a esta vivencia, es que el miedo muchas veces tan solo está en nuestra cabeza, esas ideas que vienen van, condicionadas por un pasado, en el que crecimos sin protección, cobijo, respeto, alguien que nos explicara con Amor lo que sucedía... Eso es cierto, no contamos con ese acompañamiento, ahora, ya de adultos, tenemos la responsabilidad 100 por 100 de nuestra vida y es momento de responsabilizarnos de la aventura de nuestra vida, de tratarnos con bondad, suavidad y honestidad. 

La vida es un Regalo, no la malgastemos haciéndonos daño compulsivamente, con un diálogo machacador, ya es hora de tratarnos con amabilidad.

Acompaño a este post, un pequeño cuento sobre el miedo, extraído del libro "Cuando todo se derrumba", de la autora Pema Chödrón. 
                                                                                                         ¡Qué lo disfrutes! 
   

"Había una vez una joven guerrera. Su profesora le dijo que tenía que luchar con el miedo, pero ella no quería hacerlo. Le parecía algo demasiado agresivo, temerario; le parecía poco amistoso. Pero la profesora insistió y le dio las instrucciones para su batalla. Llegado el día, la estudiante estaba de pie en un lado y el miedo estaba al otro lado. La guerrera se sentía muy pequeña y el miedo parecía muy grande e iracundo. Ambos tenían asidas sus armas. La joven guerrera se levantó, fue hacia el miedo, se postró tres veces ante él y le preguntó: <<¿Me das permiso para entrar en esta batalla contigo?>> El miedo dijo: <<Gracias por mostrar tanto respeto al pedirme permiso.>> La joven guerrera volvió a preguntar: <<¿Cómo puedo derrotarte?>> Y el miedo replicó: <<Mis armas son que hablo muy rápido y me sitúo muy cerca de tu cara. Entonces te pones muy nerviosa y haces lo que te digo. Si no hicieses lo que te digo, no tendría ningún poder. Puedes escucharme y puedes respetarme, puedo incluso convencerte con mis argumentos; pero si no haces lo que te digo, no tengo poder.>> De esta forma la estudiante guerrera aprendió a derrotar al miedo".