miércoles, 28 de agosto de 2013

Bajando al Corazón

Vivimos nuevos tiempos, nueva etapa... Y por lo que veo en mi misma y por otras personas que me llegan a consulta, estamos en ese momento, desde hace ya algún tiempo, donde nos encontramos en esa bajada al corazón.
 
La Coherencia Cardiaca toma hoy un mayor sentido, incluso para la ciencia, donde se están realizando estudios en cuanto a esta nueva experiencia.
 
En ocasiones, nos sentimos agotados, dando vueltas y vueltas al pensamiento, bien sea interpretando vidas ajenas o la propia, opinando sobre tal o cual situación, proyectando en el otro lo propio, juzgando los propios sentimientos o los ajenos, tareas propias de una mente condicionada que oscila entre el pasado y el futuro y lo que busca es protegernos, protegernos de algo que tan solo existe en ese vaivén mental... Un diálogo que asusta, diciendo: "Y si esto...", "Y si lo otro", un entrenamiento puede estar en la práctica de la plena conciencia, en el enraizamiento del aquí y del ahora.
 
No es nada malo lo que nos sucede, tan solo es evolución, es aprendizaje, es vivir una vida desde lo natural, desde el estado natural de SER.
 
Estamos dejando atrás la adicción al pensamiento, al pensamiento compulsivo. La mente pensante es una herramienta, un instrumento que usamos cuando la necesitamos, y para ello, nos podemos entrenar.
 
Existen ejercicios sencillos, que podemos practicar en nuestro día a día, por aquí les dejo uno, extraído del libro de Eckhart Tolle, autor del Poder del Ahora. Comparto el párrafo, ahí va...
 
"En lugar de "observar al pensador", también puedes crear una apertura en la corriente mental por el simple hecho de dirigir el foco de tu atención al ahora. Basta con que te hagas intensamente consciente del momento presente. Esto es algo profundamente satisfactorio. De este modo retiras la conciencia de tu actividad mental y creas una brecha sin mente en la que estás muy alerta y consciente, pero no piensas. Ésta es la esencia de la meditación.
 
Puedes practicar esto en tu vida cotidiana tomando cualquier actividad rutinaria, que habitualmente sólo es un medio para un fin, y darle toda tu atención para que se convierta en un fin en sí misma.
 
Por ejemplo, cada vez que subas o bajes las escaleras en tu casa o en tu puesto de trabajo, presta mucha atención a cada escalón, a cada movimiento, incluso a tu respiración. Mantente totalmente presente. O cuando te laves las manos, presta atención a todas las percepciones sensoriales asociadas con esa actividad: el sonido y la sensación del agua, el movimiento de tus manos, el aroma del jabón, etc. O cuando entres en tu coche, después de cerrar la puerta, detente durante unos segundos y observa el flujo de tu respiración. Toma conciencia de una silenciosa pero intensa sensación de presencia. Hay un criterio que te permite medir el éxito logrado en esta práctica: el grado de paz que sientas en tu interior...
 
...Aprende a no identificarte con tu mente... ...Puede que un día te sorprendas sonriendo a la voz que suena en tu cabeza como sonreirías a las travesuras de un niño. Esto significa que has dejado de tomarte el contenido de tu mente tan en serio, y que tu sentido de identidad ya no depende de él..."
 
 
 
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario