lunes, 16 de enero de 2012

Buscador de lo Esencial

Por aquí te dejo, con una tierna y curiosa historia de elaboración propia. Un cuento hecho desde el corazón. Para inspirar y hacer brotar lo que necesita emerger al exterior.
¡Qué lo disfrutes!

Roccel: "Buscador de lo Esencial"

En un remoto y diminuto lugar escondido en las profundidades de un lejano y frondoso bosque, se dice que habitaba un pequeño y majestuoso ser sonriente de nombre Roccel, cuyo potencial natural era el de transformar en color púrpura, aquello que fuera necesario transmutar y renovar, cualidad especialmente valorada por los paisanos de aquel maravilloso lugar y forasteros de tierras oscuras que se acercaban a conocer al famoso y renombrado Roccel.

Roccel desconocía el poder y valía de dicho potencial y no podía comprender ese entusiasmo que desprendían los que a su paso se encontraban con su presencia.
Cansado ya de tanta incomprensión, se aventuró a salir de los límites conocidos de su aldea, para encontrar respuestas y descubrir cual era realmente el significado de ese don del que la creación le había dotado.

Preparó un pequeño saquito, con algunos víveres y abrigo, y comenzó su marcha.

No sabía que buscaba, no sabía a dónde iba, solo sabía, que necesitaba comprensión y esclarecimiento, y quedándose en el mismo lugar y haciendo lo que hasta ahora siempre había hecho, sentía que de esa manera, no se iba a revelar lo que en lo más profundo de su corazón intuía.

Apenas llevaba algo menos de dos horas caminando, cuando la bruma comenzó a inundarlo todo, penosamente podía percibir sus pies y un sentimiento aterrador y sinuoso golpeó en su pecho. ¡De pronto!, apareció de la nada un pequeño ser extraño y escabroso llamado Troll, el cual, de forma totalmente impropia y de mal gusto, comenzó a vociferar y a corretear alrededor de sus piecesillos impidiéndole el avance.

Le narraba que el camino era oscuro y frío y que estaba lleno de criaturas gigantescas y siniestras, registros, que había heredado de parientes de su especie, no porque él hubiera visitado tales lugares. Le insistía, que volviera al lugar de donde había partido, que ese mundo ya lo conocía y era seguro, ¿para qué adentrarte en tierras desconocidas?, ¡nada bueno puede salir de todo eso!, le aseguró.

Roccel, sorprendido de la aparición de ese visitante y algo confundido por no ver el camino, se sentó y escuchó con atención lo que el nuevo desconocido compartía con él desatadamente, presentaba una postura total de derrumbe y alguna que otra lagrimilla en los ojos, éste le decía entre sollozos: "¡Ya no puedo más! todos me temen, me siento solo y nunca me he sentido amado. Tú eres el primer extraño que no ha perdido la calma ante mi apariencia, y que se ha tomado la gentileza de sentarse a mi lado y mirarme a los ojos", le expresaba entre babas su nuevo amigo. "Me has conmovido y ablandado el corazón".

Roccel y Troll se fundieron en un abrazo y mágicamente tanto Troll como la bruma se disiparon en la claridad de la luz del día.

El pequeño y gran Roccel continuó la marcha con energía y confianza, llevando en su corazón y recordando con ternura al amigo Troll.
Observó que su cuerpito le pedía alimentarse y se sentó a la sombra de un gran árbol a echar bocado. Tan pronto y como se acomodó para comenzar el tentempié, apareció como caída del cielo, una minúscula y deslumbrante hada, de cuyo nombre en este instante no puedo acordarme.
Roccel saludó cortésmente a tal hermosa criatura y convidó de su picnic a la encantadora hada, la cual aceptó y se deleitaron de la rica y discreta comida, una migajas de pan y unos trocitos de frutos secos variados. Disfrutaron mutuamente de la compañía y conectaron rápidamente. El hada le insistía a Roccel y le invitaba a instalarse en aquel hermoso lugar, le aseguraba que él estaba hecho para ese mundo lleno de ilusión y encanto y así podía convivir y conocer a seres tan deslumbrantes como ella.

Las palabras del hada seducían al vibrante Roccel, que como si estuviera poseído por un encantamiento, se adentraba en el territorio que el hada le exhibía, ¡de pronto!, salió de tal ensoñación, recordando el propósito de su viaje, y ese mundo ilusorio y deslumbrante que el hada le lucía, dio paso a una oscuridad profunda. La hermosa y joven hada se convirtió en una vieja y sombría bruja desgarbada y sin vida, la cual, se reía eufóricamente y engatusaba a nuestro protagonista queriéndole atrapar y tenerle tan sólo para ella. Roccel, que se dio cuenta de tal trama y engaño, recogió sus cosas y nuevamente retomó el Camino.

Después de tanto y tanto andar, llegó a una amable y solemne zona donde tierra, cielo y mar se unen, un acantilado orientado a los vientos alisios, un poblado donde habitaban seres con el mismo don y potencial que él, allí pudo descubrir su origen, reconocerse, conocer el significado genuino de su gracia, al igual que comprender su auténtica naturaleza y sabiduría.

Llegado el protagonista de nuestra historia a ese punto de comprensión, una vez más la Existencia le ponía en la encrucijada de nuevas vivencias, tal vez, atravesar paisajes insospechados o quizás, conocer diversos viajeros, posiblemente aparezcan animales dulces y animales feroces, o puede ser que descubra seres sinuosos y agrios, al igual que seres mágicos y brillantes.

Lo que si es seguro, que en el Juego de la Vida, todo es posible y los seres se deslizan por la espiral de la evolución.

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